La Guerra
Mundial trajo consigo reacciones muy diversas, entre ellas las de quienes
entendieron que aquella locura y sinsentido era fruto del mal uso de la razón. Prueba
de ello era que en la época en que el hombre alcanzaba los adelantos tecnológicos
jamás imaginados y un supuesto “progreso”, la humanidad estuviese viviendo una
de las más grandes crisis. ¿Hacia dónde se dirigen el progreso y los adelantos tecnológicos?
¿Hacia la destrucción del hombre?
Ante tal
situación, muchos artistas se revelaron en contra de las reglas del mundo y buscaron
sustituir en sus obras, a manera de crítica, la razón
por el absurdo y la lógica por la casualidad. Un ejemplo importantísimo podemos encontrarlo en el dadaísmo.
El Dadaísmo,
representado por Tristan Tzara, surgió en 1916 en medio de la Primera Guerra Mundial.
Se caracterizó por la rebeldía ante la razón y por ciertas notas
características:
Se
manifestó en contra de la cultura occidental
Despreciaba
la opinión del público.
No tenía
normas y utilizaba el azar.
Se basaba
en técnicas como el collage y el fotomontaje.
Tomó de
otras corrientes el énfasis en el ABSURDO.
Tomado de http://sp1.fotolog.com/photo/33/1/86/d0v1d/1195476197_f.jpg
INSTRUCCIONES
PARA HACER UN POEMA DADAÍSTA:
Coja
un periódico.
Coja
unas tijeras.
Escoja en el periódico un artículo.
Recorte el artículo.
Recorte en seguida con cuidado cada una de las palabras que forman el articulo
y métalas en una bolsa.
Agítela suavemente.
Ahora saque cada recorte uno tras otro.
Copie concienzudamente en el orden en que hayan salido de la bolsa.
El poema se parecerá a usted.
Y
es usted un escritor infinitamente original y de una sensibilidad hechizante,
aunque incomprendido del vulgo.
El Futurismo nace en 1909 con la publicación del Manifiesto futurista
escrito por Filippo Tommaso Marinetti, este movimiento exalta la velocidad y el
vértigo de la vida moderna. Tiene como icono las grandes metrópolis, retrata la
sensibilidad del hombre afectada por los estímulos de la tecnología y reproduce el progresivo estado de deshumanización. A continuación se presenta el Manifiesto futurista en su lengua original:
Manifiesto futurista
1.Queremos cantar el amor al peligro, el hábito de la energía y de la
temeridad.
2.El coraje, la audacia, la rebelión, serán elementos esenciales de
nuestra poesía.
3.La literatura exaltó, hasta hoy, la inmovilidad pensativa, el éxtasis y
el sueño. Nosotros queremos exaltar el movimiento agresivo, el insomnio febril,
el paso de corrida, el salto mortal, el cachetazo y el puñetazo.
4.Nosotros afirmamos que la magnificencia del mundo se ha enriquecido con
una nueva belleza, la belleza de la velocidad. Un coche de carreras con su capó
adornado con gruesos tubos parecidos a serpientes de aliento explosivo... un
automóvil rugiente, que parece correr sobre la ráfaga, es más bello que la
Victoria de Samotracia.
5.Queremos ensalzar al hombre que lleva el volante, cuya lanza ideal
atraviesa la tierra, lanzada también ella a la carrera, sobre el circuito de su
órbita.
6.Es necesario que el poeta se prodigue, con ardor, boato y liberalidad,
para aumentar el fervor entusiasta de los elementos primordiales.
7.No existe belleza alguna si no es en la lucha. Ninguna obra que no tenga
un carácter agresivo puede ser una obra maestra. La poesía debe ser concebida
como un asalto violento contra las fuerzas desconocidas, para forzarlas a
postrarse ante el hombre.
8.¡Nos encontramos sobre el promontorio más elevado de los siglos!... ¿Porqué
deberíamos cuidarnos las espaldas, si queremos derribar las misteriosas puertas
de lo imposible? El Tiempo y el Espacio murieron ayer. Nosotros vivimos ya en el
absoluto, porque hemos creado ya la eterna velocidad omnipresente.
9.Queremos glorificar la guerra –única higiene del mundo– el
militarismo, el patriotismo, el gesto destructor de los libertarios, las bellas
ideas por las cuales se muere y el desprecio de la mujer.
10.Queremos destruir los museos, las bibliotecas, las academias de todo
tipo, y combatir contra el moralismo, el feminismo y contra toda vileza
oportunista y utilitaria.
11.Nosotros cantaremos a las grandes masas agitadas por el trabajo, por el
placer o por la revuelta: cantaremos a las marchas multicolores y polifónicas
de las revoluciones en las capitales modernas, cantaremos al vibrante fervor
nocturno de las minas y de las canteras, incendiados por violentas lunas eléctricas;
a las estaciones ávidas, devoradoras de serpientes que humean; a las fábricas
suspendidas de las nubes por los retorcidos hilos de sus humos; a los puentes
semejantes a gimnastas gigantes que husmean el horizonte, y a las locomotoras de
pecho amplio, que patalean sobre los rieles, como enormes caballos de acero
embridados con tubos, y al vuelo resbaloso de los aeroplanos, cuya hélice
flamea al viento como una bandera y parece aplaudir sobre una masa entusiasta.
Es desde Italia que lanzamos al mundo este nuestro manifiesto de violencia
arrolladora e incendiaria con el cual fundamos hoy el FUTURISMO porque queremos
liberar a este país de su fétida gangrena de profesores, de arqueólogos, de
cicerones y de anticuarios. Ya por demasiado tiempo Italia ha sido un mercado de
ropavejeros. Nosotros queremos liberarla de los innumerables museos que la
cubren por completo de cementerios.
Todo pasa y todo queda,
pero lo nuestro es pasar,
pasar haciendo caminos,
caminos sobre la mar.
Nunca perseguí la gloria,
ni dejar en la memoria
de los hombres mi canción;
yo amo los mundos sutiles,
ingrávidos y gentiles,
como pompas de jabón.
Me gusta verlos pintarse
de sol y grana, volar
bajo el cielo azul, temblar
súbitamente y quebrarse...
Nunca perseguí la gloria.
Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace camino
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante no hay camino
sino estelas en la mar...
Hace algún tiempo en ese lugar
donde hoy los bosques se visten de espinos
se oyó la voz de un poeta gritar:
«Caminante no hay camino,
se hace camino al andar...»
golpe a golpe, verso a verso...
Murió el poeta lejos del hogar.
Le cubre el polvo de un país vecino.
Al alejarse le vieron llorar.
«Caminante no hay camino,
se hace camino al andar...»
golpe a golpe, verso a verso...
Cuando el jilguero no puede cantar,
cuando el poeta es un peregrino,
cuando de nada nos sirve rezar.
«Caminante no hay camino,
se hace camino al andar...»